domingo, 21 de febrero de 2021

Más datos acerca de la germinación de las semillas

Hemos estudiado cómo han ido germinando las semillas a lo largo de una semana. Los datos que aportábamos en la entrada anterior se muestran gráficamente en esta nueva, lo que debe facilitar la interpretación de los mismos. Los gráficos representan el porcentaje de semillas germinadas en función del tiempo. Las imágenes de la izquierda muestran los tratamientos de las semillas sin tratamiento con microorganismos. Las figuras de la derecha dan información acerca del comportamiento de las semillas tratadas con Pseudomonas putida. Recordemos, este tratamiento consistía en sumergir a las semillas en una suspensión de bacterias en las que diluíamos 1 ml de cultivo en fase estacionaria en 19 ml de agua destilada. Estos primeros gráficos muestran la respuesta de la carilla (Vigna unciculata).

Los gráficos que se incluyen a continuación muestran la respuesta del maíz (Zea mays) a los distintos tratamientos indicados, en la izquierda sin el tratamiento microbiano y a la derecha con P. putida.

Es ahora el momento de interpretar los resultados. ¿Cómo influye cada tratamiento sobre la germinación de las semillas? ¿Qué sales y a qué concentraciones son las que más afectan a la germinación? ¿Afectan las sales al tiempo que tardan en germinar? ¿Qué sales son las más perjudiciales? ¿Qué efecto ejerce la presencia de Pseudomonas putida sobre la germinación de las semillas?
Como decimos estos datos nos dan idea únicamente de las frecuencias de germinación. En la pestaña recursos tenemos el aspecto de las semillas a los 8 días del inicio del experimento. Es importante que veamos ambos resultados simultáneamente. Puede germinar la misma proporción de semillas pero que las plántulas no tengan el mismo grado de desarrollo tras esta primera semana. ¿Podríamos proponer algún otro experimento sobre la germinación de las semillas que nos aclare aún mejor el efecto de las sales o de las bacterias? Esperamos vuestras conclusiones en la sección de comentarios.


domingo, 14 de febrero de 2021

Un sencillo análisis estadístico

A lo largo de esta semana estámos haciendo los recuentos de las semillas germinada en función de los distintos tratamientos a los que las hemos sometido. Nos queda una última valoración a la semana de haber iniciado el experimento. Ahora toca comparar los tratamientos y sacar las conclusiones.

Pero para comparar no basta con ver los resultados y decir si hay diferencias o no. Tenemos que confirmar que las diferencias que observamos sean debidas a los tratamientos y no al azar. Lo vemos con un ejemplo. Si queremos estudiar el efecto de un determinado tratamiento sobre la germinación de determinadoas semillas y ponemos dos recipientes con 20 semillas, uno con el tratamiento y otro sin él, y en uno de ellos nos germinan 14 (no germinan 6) y en el otro germinan 16 (no germinan 4) no podemos concluir que el segundo es más efectivo únicamente porque han germinado dos semillas más. Para afirmarlo debemos tener una evidencia estadística, y esta nos la va a proporcionar el test de chi-cuadrado.

Este test estadístico compara las frecuencias que hemos obtenido en nuestro experimento con unas teórica que calcula en función de los totales de semillas empledas en cada tratamiento y de los totales de germinadas y no germinadas. Se facilita una hoja de cálculo para llevar a cabo el test. Lo único que tenemos que hacer es introducir nuestros datos. Nos calculará las frecuencias obtenidas  y finalmente obtendremos dos valores que son los importantes. El primero es el valor de test de chi cuadrado (VALOR X^2); el segundo es el que verdaderamente nos interesa, que es el P valor. Aquí nosotros establecemos el límite de nuestra confianza. Si queremos que la probabilidad de que demos como diferentes unos resultados que en realidad se han debido al azar sea del 5% (lo habitual en este tipo de tests) deberemos obtener un P valor inferior a 0,05. Si es superior,  concluiremos que no hay diferencias significativas entre nuestros resultados y que se deben al azar. En este caso, P=0,465, muy superior a 0,05 luego diremos que, a pesar de esas dos unidades de diferencia, no hay diferencia entre los tratamientos.

En el caso de que alguna de las frecuencias esperadas sea menor de 5, hay que aplicar una corrección al test; es la llamada corrección de Yates. En nuestro caso, si vemos que esto sucede, miraremos el P valor en la casilla en la que figura el rótulo Considerar esta opción en el caso de que alguna frecuencia esperada sea menor de 5.

Y como siempre, esperamos la valoración de los resultados del experimento de germinación en los comentarios.

Sobre la búsqueda de información y las referencia bibliográficas

Una parte muy importante de todo proyecto científico es conocer lo que previamente se ha investigado sobre ese tema. Para ello es imprescindible revisar lo que se ha publicado sobre el mismo. Para ello debemos aprender a utilizar bases de datos bibliográficas; en ellas, a través de palabras clave podremos acceder a multitud de artículos. finalmente, estos serán necesarios para discutir nuestros resultados y obtener las conclusiones oportunas. Quizá la más utilizada en la investigación biomédica es PubMed. Y otra que resulta muy familiar ya que es similar al buscador que solemos utilizar es  Google Scholar (Google Académico). Se presentan a continuación algunas instrucciones para utilizarlas.

Accedemos a PubMed a través de la siguiente dirección: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov. Nos llevará a la siguiente pantalla, en la cual escribiremos las palabras clave para nuestra búsqueda. En nuestro caso términos relacionados con Marte y las sales: mars, salts. 

 

Nos llevará aun listado de referencias bibliográficas acorde a los términos que hayamos introducido.

Haciendo click en el título del artículo nos llevará a una página donde encontraremos su resumen (abstract), y desde la que en ocasiones tendremos la posibilidad de acceder al texto completo de nuestro artículo, en el caso de que las revistas sean de acceso abierto y gratuitas.

 
Una utilidad muy interesante que presenta esta página es copiar directamente la referencia bibliográfica de nuestro artículo, algo que será necesario para la elaboración del artículo final, donde deberemos incluir una relación de todos los artículos, libros o webs utilizadas. A ello se accede desde el comando Cite. Se abrirá una nueva ventana donde aparecerá la cita y desde donde la podremos copiar para llevar a nuestro texto. Existen distintos formatos para expresar la bibliografía que podremos elegir. Uno de los más habituales es el que se muestra en la imagen de arriba. Una cita vendría reseñada de la siguiente forma: Nombre de los autores; año de publicación; título del artículo; nombre de la revista; volumen y páginas. Las publicaciones electrónicas tienen también su referencia.

Google Académico o Google Scholar es la base de datos bibliográfica de Google. Accedemos a través de la siguiente dirección: https://scholar.google.es. Accedemos a nuestra pantalla de búsqueda:


Tras escribir nuestras palabras claves accedemos al listado de referencias, una pantalla en la que presentan tres columnas. Haciendo click en cada una de ellas podremos acceder al resumen del artículo, normalmente desde la revista en la que se ha publicado. La columna de la izquierda contiene una serie de comandos; el superior permite seleccionar la fecha de publicación del artículo; el siguiente nos permite decidir el orden en el que aparecerán las referencias, si por fecha o por la importancia del artículo; finalmente podremos seleccionar únicamente los artículos en castellano.
 
 


La columna de la derecha nos permite acceder a la versiones completas de los artículos en el caso de que sean accesibles. Se puede acceder a un mayor número de artículos que en PubMed, pues esta base de datos da acceso a artículos que se encuentran en repositorios donde han sido colocados por particulares. 

viernes, 12 de febrero de 2021

Germinación en medios salinos: resultados

Germinación de semillas de Vigna unciculata en una solución de CaSO4 0,1M a las 48 horas.
 

Iniciábamos los tratamientos con nuestras semillas el pasado 8 de febrero. A las 24 horas, no había germinado ninguna de ellas. A lo largo de estos días hemos podido constatar cómo las semillas de carilla (Vigna unciculata), han sido las primeras en empezar a germinar; después lo han hecho algunas de maíz (var 1). Las tablas de abajo muestran la cantidad de semillas puesta para cada tratamiento y el número que van germinando en las fechas indicadas. A partir de ellas iremos valorando los resultados y exponiendo nuestras conclusiones y propuestas en los comentarios. 

Número de semillas sometidas a cada uno de los tratamientos señalados (8 febrero 2021)
Número de semillas germinadas para cada planta y tratamiento a las 48 horas del inicio del experimento (10 de febrero de 2021).

Número de semillas germinadas para cada planta y tratamiento a las 72 horas del inicio del experimento (11 de febrero de 2021)
Número de semillas germinadas para cada planta y tratamiento a las 96 horas del inicio del experimento (12 de febrero de 2021)
Número de semillas germinadas para cada planta y tratamiento a los siete días del inicio del experimento (15 de febrero de 2021)

Acceder al archivo con los datos de los recuentos.

Primera sesión experimental

Esta mañana hemos iniciado los experimentos sobre la germinación de nuestras semillas. Hemos preparado las cámaras de germinación con recipientes de plástico de los utilizados para almacenar alimentos. Hemos dispuesto en la base una hoja doble de papel absorbente y sobre ella hemos depositado las semillas en la cantidad que se indica en la tabla siguiente:

 

Como adelantábamos en la entrada anterior, estudiaremos la germinación de nuestras semillas a lo largo de los días con distintos tratamientos salinos: con agua destilada, cloruro sódico 0,5M y 1M, clorato potásico 0,1M y 0,2M y sulfato de calcio 0,1M y 0,2M. Hemos tenido que modificar las concentraciones que indicábamos en la entrada previa de este blog dada la baja solublidad del KClO3 y del CaSO4. En este último caso no se ha podido conseguir la disolución total de la sal en el agua, por lo que se ha añadido en este estado, con la solución completamente saturada y una parte del compuesto sin disolver.

Puesto que nuestro objetivo es comprobar si Pseudomonas putida, nuestra bacteria de elección, tiene algún efecto protector frente a los medios con alta concentración salina, se han hecho dos lotes, uno de ellos con las semillas sin tratar y el otro con las semillas inoculadas. Para este último, se ha introducido las semillas en tubos falcon a los que se les ha añadido 1 ml de cultivo en fase estacionaria de P. putida más 19 ml de agua, de modo que todas las semillas quedasen cubiertas. Se han mantenido sumergidas en la suspensión bacteriana durante 15 minutos.

 

Las semillas se han colocado regularmente espaciadas en los recipientes. Se han utilizado dos tamaños de recipientes; uno más grande para Vigna unguiculata (dada la mayor disponibilidad de semillas) y otro más pequeño para el resto. A los recipientes grades se les ha añadido 60 ml de la solución de sales; a los pequeños se les ha puesto 40 ml. Seguidamente se han cubierto con un papel absorbente doble y se han cubierto con su tapadera.

El siguiente paso será valorar el número de semillas que va germinando a lo largo de los días durante el resto de la semana. Una vez obtenidos estos resultados se procederá a la comparación de los resultados de los distintos tratamientos. En la imagen de abajo nuestros recipientes con las semillas.



¿Cómo estudiamos el efecto de los medios salinos sobre la germinación de las semillas?

Comenzamos la fase experimental de nuestro proyecto. Nuestros primeros ensayos irán encaminados a determinar el efecto de los entornos salinos sobre la germinación de las plantas y a valorar el posible efecto protector de los microorganismos. Las plantas cuyas semillas estudiaremos serán la carilla, una alubia (Vigna unciculata), y dos variedades de maíz (Zea mays). Las sales cuyo efecto probaremos serán el cloruro sódico, el clorato potásico y el sulfato de calcio. Las concentraciones a ensayar se indican en la tabla adjunta. La bacteria cuyo efecto protector valoraremos es Pseudomonas putida.

Prepararemos dos lotes de recipientes para cada tipo de planta. En todos ellos se colocará una base con dos hojas de papel absorbente sobre la cual se dispondrán las semillas, un mínimo de 16 en cada recipiente. En el primer lote las semillas no llevarán tratamiento bacteriano y únicamente serán humedecidas con agua destilada (el control) y con las soluciones de las distintas sales y concentraciones.

El tratamiento microbiológico de las semillas se hará con Pseudomonas putida. Es la bacteria más apropiada en función de los datos que habéis aportado tras la revisión bibliográfica. Para inocular las semillas las colocaremos dentro de un tubo falcon y se les añadirá 1 ml de cultivo bacteriano diluido en 19 ml de agua. Dejaremos actuar durante unos 15 minutos. Después se dispondrán regularmente espaciadas sobre la base de papel absorbente que habíamos colocado en el fondo del recipiente, se cubrirán con una nueva capa de papel y se humedecrán con la cantidad suficiente de agua destilada o de las soluciones de distinta conentración salina que estamos probando. A lo largo de los días siguientes se contará el número de semillas germinadas a las 24, 48 y 72 horas y se calculará la proporción de éstas respecto al total usado para cada tratamiento. Los datos se plasmarán en tablas como la de arriba.  Finalmente se compararán las proporciones entre semillas germinadas para cada concentración salina en función de si han sido o no  tratadas con Pseudomonas putida.

Y ahora una pequeña tarea, que parece más propia de una clase de Química, pero que es totalmente necesaria en un laboratorio de Biología. ¿Qué cantidad de cada sal tendremos que pesar para preparar medio litro (500 ml) de cada una de las disoluciones con la concentración molar que indicamos en la tabla de arriba? Con el cloruro sódico (NaCl) y el clorato potásico (KClO3) los cálculos son simples. Sin embargo, el sulfato de calcio del que disponemos es dihidratado y responde a la fórmula CaSO4·2H2O, por lo que deberemos tener en cuenta la presencia de esas dos moléculas de agua para calcular la cantidad a disolver.

 

Bacterias terrestres, contaminantes marcianos

 A lo largo de estos últimos cursos hemos desarrollado diversos proyectos de índole astrobiológica con el objetivo principal de valorar la posibilidad de que microorganismos terrestres pudieran sobrevivir en Marte o en algún exoplaneta lejano cuyas condiciones ambientales recordasen a las de nuestro planeta. Prentendíamos ver si hipotéticas formas de vida extraterrestres, suponiéndoles una fisiología semejante a la de nuestros microorganismos terrestres, tendrían posibilidad de habitar en esos lugares. Era una forma de valorar las condiciones que tendrían hipotéticas bacterias marcianas.

Hace unos meses presentamos en el V Congreso virtual de Astrobiología de Colombia, en una sección dedicada a Astrobiología y Educación, nuestra comunicación titulada "¿Podrían sobrevivir microorganismos terrestres en Marte? Una experiencia educativa con alumnado de secundaria. En ella discutíamos que otra posible implicación de nuestro trabajo era valorar la posibilidad -y esta es mucho más real- de que microorganismos terrestres pudieran contaminar otros mundos viajando en los instrumentos espaciales, en el caso de que éstos no hubiesen sido convenientemente esterilizados. Es algo sobre lo que también existe abundante literatura científica y sobre lo que se han llevado a cabo experimentos en la Estación Espacial Internacional.

Las implicaciones de todo esto son importantes. Pensemos en que si, por ejemplo, se quiere estudiar la presencia de vida en Marte o en la Luna, bien presente o pasada, nuestros hipotéticos polizones microscópicos podrían dar falsos positivos. Y esto incluso en el caso de que no sobreviviesen si lo que se detecta es la presencia de materia orgánica o cualquier otro biomarcador.

Perseverance (ilustración). Fuente: Wikipedia
 

Este 2021 se presenta como un año de oro en la exploración de Marte. Dentro de unos días llegará al planeta rojo Perseverance, un rover parecido a Curiosity con experimentos específicos para intentar conocer si en Marte hubo vida. Y será el primero, pero no el último de toda una serie de instrumentos lanzados por diversos países que en los próximos meses o años llegarán a Marte. Quizá por eso vuelva a tener interés lo relacionado con la posible contaminación de entornos extraterrestres. Una prueba de ello es este artículo que ha publicado recientemente el diario El País y que Manuel Espinosa nos recomienda: Las misiones espaciales privadas elevan el riesgo de contaminación biológica. 

Algunos también muy interesantes se pueden leer en la edición inglesa de The Conversation:

Colonizing Mars means contaminating Mars - and never knowing for sure if it has its own native life.

Mars: how scientist prevent Earth´microbes from contaminating other planets. 

Con nuestros estudios acerca de la supervivencia de nuestras bacterias en ambientes simulados marcianos pretendíamos conocer cómo podría ser esa hipotética vida microbiana marciana, en el caso de que existiera o hubiese existido. Pero nuestros experimentos también aportan luz a algo que es tremendamente real, y es valorar la posibilidad de que, sin las medidas apropiadas, pudiéramos contaminar biológicamente con microorganismos terrestres aquellos mundos que queremos explorar y debemos preservar.

¿Qué bacteria promotora del crecimiento usaremos para nuestros cultivos?


Como comentábamos en la anterior entrada dedicada a nuestro proyecto, uno de sus objetivos es valorar la tolerancia de determinadas plantas (maíz y carilla) ante suelos con elevada concentración salina. El exceso de sales en los suelos causa en las plantas estrés osmótico y altera el equilibrio homeostático de las mismas con el resultado de un menor crecimiento de las mismas. El segundo objetivo es comprobar si determinados microorganismos podrían favorecer el desarrollo de las plantas en estos ambientes de alta salinidad. Y para ello, el primer requisito es que estas bacterias sean capaces de sobrevivir en medios con una elevada concentración de sales. 

Pseudomonas putida: imagen a microscopía confocal (izda.) y electrónica (dcha.). Cortesía de Juan de Dios Alché.

Nuestro punto de partida para seleccionar los microorganismos han sido los experimentos de tolerancia a sales -concretamente a clorato potásico- que llevamos a cabo en nuestro proyecto sobre Marte. Tras valorar estos resultados todos habéis coincido en que las bacterias más adecuadas son: Bacillus subtilis, Pseudomonas putida y Halomonas sp. Nuestra primera actividad ha sido investigar en la literatura si alguna de las anteriores pudiera tener un efecto promotor del crecimiento de las plantas en presencia de concentraciones elevadas de sales. Vuestras propuestas, así como la justificación bibliográfica, se pueden consultar en la sección de comentarios de la entrada anterior. Incluyo aquí las más citadas o las que parecen más relevantes.

Pseudomonas putida:
Costa Gutiérrez, S.B. (2019). Microflora de la rizósfera de soja en condiciones de alta salinidad: aislamiento y estudio de cepas de Pseudomonas putida benéfica frente al estrés salino. Enlace.
Hernández Montiel et al. (2020). Respuestas morfologías-productiva de plantas de pimiento morrón biofertilizadas con Pseudomonas putida y dosis reducidas de fertilizantes sintéticos en invernadero. Terra Latioamericana 38(3): 583-596. (Enlace).

Halomonas sp:
Desale et al. (2013). Plant Growth promoting properties of Halobacillus and Halomonas sp. in presence of salinity and heavy metals. Journal of Basic Microbiology, 54(8):781-791. (Enlace).
Tiwari et al. (2011). Salt-tolerant rhizobacteria-mediated induced tolerance in wheat (Triticum aestivum) and chemical diversity in rhizosphere enhance plant growth. Biology and Fertility of Soils, 47, article number 907. (Enlace).

Bacillus subtilis:
Sánchez López et al. (2016). Efecto de las PGPB sobre el crecimiento de Pennisetum clandestinum bajo condiciones de estrés salino. Rev. Colomb. Biotecnol. 16(1):65-72. (Enlace).
Calhabeu Ferreira et al. (2018). Bacillus subtitles improves maize tolerance to salinity. Ciencia Rural, v48:08. (Enlace)

Cultivar en suelos salinos es una necesidad en nuestro planeta. La acción antrópica, el calentamiento global por ejemplo, está aumentando la extensión de las zonas desérticas, en las que la alta concentración de sales en el suelo impide el crecimiento de las plantas. La investigación en este campo es, por ello, muy importante. Pero también puede ser un problema a resolver en el cada vez más que probable escenario de establecer colonias humanas en otros mundos, como la Luna o Marte. 
En proyectos anteriores hemos evaluado la supervivencia de microorganismos en las condiciones de Marte o el crecimiento de plantas en suelos marcianos simulados de naturaleza puramente volcánica. Pero en Marte hay otros materiales que igualmente podrían presentar este problema debido a la presencia de sales en el suelo. La historia de Marte en el pasado fue similar a la de la Tierra, con grandes extensiones de agua líquida que se evaporó dejando importantes depósitos de sales en el suelo. El cráter Gale, estudiado por el rover Curiosity, es una estructura de impacto que en su momento contuvo un lago que posteriormente se secó.

Cráter Gale en Marte. Reconstrucción del lago que primigeniamente ocupaba la estructura de impacto.

Nuestra tarea es ahora investigar sobre los suelos salinos de Marte. En lugares como el cráter Gale hay un importante depósito de arcillas y se ha descubierto la presencia de sales. Es ahora momento de investigar sobre los resultados obtenidos por los rovers en la superficie de Marte. ¿Cuáles son las sales más abundantes en Marte? ¿Dónde se han encontrado? ¿En qué concentración? ¿Cuál es la composición de los suelos en los que aparecen? ¿Hay suelos similares en la Tierra? ¿Se podrían cultivar plantas en esos suelos? 
Nuestros comentarios deberán venir refrendados por las pertinentes referencias bibliográficas. Es importante citar los trabajos de la forma apropiada. Existen diversos formatos para hacer una referencia bibliográfica. En nuestro caso podemos adoptar el siguiente:
Autores, año de publicación, título del artículo, nombre de la revista, volumen, número de la primera y de la última página.
Debemos tomar e incluir también la dirección de internet donde se ha localizado el trabajo para facilitar futuras consultas.


Sobrevivir en mundos salados

Sobrevivir en mundos salados es el nombre del nuevo proyecto que vamos a llevar a cabo en nuestras clases a lo largo de los próximos meses en nuestras clases de biología y que hoy hemos comenzado. Auspiciado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas dentro de la iniciativa Cuenta la Ciencia, es una de las actividades que engloba CAOS (Ciencias agrarias on-line en secundaria) un conjunto de proyectos dirigidos desde la Estación Experimental del Zaidín. De nuevo contaremos con la dirección de Manuel Espinosa, nuestro científico de cabecera durante los últimos cursos. 

La alta concentración de sales en el suelo es muy nociva tanto para las plantas como para el resto de los seres vivos. Es una consecuencia más del calentamiento global que está empobreciendo los suelos e indirectamente haciendo que se pierda biodiversidad cuando se destruyen tierras vírgenes para dedicarlas al cultivo. Manuel Espinosa nos ha hablado de las dos posibles soluciones. Una de ella es cultivar especies más tolerantes a las sales, obtenidas bien mediante cruces dirigidos y selección artificial o mediante la modificación genética o transgénesis. La otra posibilidad es usar microorganismos para proteger a las plantas de los efectos tóxicos de la abundancia de sales. Ejemplo de estos es la bacteria Pseudomonas stutzeri MJL19, aislada de la única planta que crece en los suelos salados de Salinas Grandes, una región de Argentina donde solo crece ese vegetal; esta bacteria es conocida nuestra y la hemos utilizado en nuestros proyectos sobre astrobiología.

Pero hablando de astrobiología, existen proyectos como Mars One, que plantean establecer colonias humanas en Marte. En ellas serían muy importantes los cultivos en suelos marcianos. En Marte, son muy abundantes los suelos de naturaleza volcánica; a valorar la posibilidad de cultivar plantas en suelos de esta naturaleza dedicamos nuestros trabajos de cuersos anteriores. Pero en Marte existen también otras zonas de naturaleza sedimentaria; estas se formaron en épocas muy antiguas en las que había agua líquida en la superficie del planeta rojo. Cuando esta se perdió, se originaron suelos con depósitos de sales. Así lo ha podido constatar el rover Curiosity en el cráter Gale. Entre aquellas se han detectado cloruro de sodio, sulfato de calcio y cloratos y percloratos, estos últimos muy tóxicos para los seres vivos pero con capacidad de originar salmueras, la única posibilidad de que en la actualidad haya agua líquida en Marte. Cultivar plantas en Marte puede requerir proteger a las plantas de sus efectos tóxicos.

Nuestro proyecto va a tener una doble vertiente. Por un lado tendremos que desarrollar una labor de investigación bibliográfica acerca de los efectos de las sales sobre las plantas, de cómo los microorganismos pueden protegerlas en ambientes salinos o de qué se conoce acerca de la composición salina de los suelos de Marte. Por otro lado desarrollaremos una fase experimental en la que comprobaremos el efecto de diversas sales sobre la germinación y el desarrollo de las plantas; las sales serán cloruro sódico, clorato potásico y sulfato de calcio. Las plantas serán maíz (Zea mays) y carilla (Vigna unguiculata). Valoraremos también el posible efecto protector de los microorganismos. Para ello seleccionaremos una bacteria de las que empleamos en nuestros proyectos anteriores sobre Marte. La imagen siguiente muestra la tolerancia de diversos microorganismos ante distintas concentraciones crecientes de clorato potásico.

En base a estos resultados previos y la información que podamos encontrar en la bibliografía sobre los efectos de estos microorganismos sobre el crecimiento y desarrollo de las plantas, justificaremos nuestra elección. De igual modo, ahora mismo estamos en la fase de definición del proyecto, por lo que también os pedimos vuestras aportaciones y así como propuestas y diseño de experimentos. Tenemos nuestro espacio para ello en los comentarios del blog. Y para acabar, una imagen de nuestros cultivos en suelo marciano simulado del proyecto anterior.



Nuestra participación en el I Congreso CAOS

Hace unas semanas tuvimos la inmensa satisfacción de poder presentar nuestros trabajos en el I Congreso CAOS (Ciencias Agrarias Online en Se...